Otra historia ambientada en un futuro apocalíptico, donde los humanos existen en mega ciudades que son regidas por la iglesia católica, mientras que fuera de ellas moran los vampiros, los que quedan luego de la última guerra entre ellos y los humanos, un conflicto que el hombre pudo ganar creando un cuerpo de guerreros infalibles al que se llamó simplemente sacerdotes. Un pariente del más temible de los sacerdotes es secuestrado por vampiros y aquel va en su búsqueda aunque para ello tenga que enfrentar la desaprobación de la misma iglesia que lo creó y que ahora se niega a creer que los vampiros hayan regresado deseando venganza. Hasta ahí suena interesante en realidad, sin embargo hay puntos débiles en esta historia como los vampiros mismos que aquí son presentados como criaturas que más bien parecen salidas de Resident Evil o las escenas de pelea que tanto recuerdan al estilo impuesto por Matrix a más de esa inveterada obsesión de Hollywood por presentar a la iglesia católica como un ente opresor y oscuro. Los puntos fuertes son las imágenes de desolación de gran detalle que muestran un mundo yermo aunque luminoso, vasto pero muy triste, y la actuación de Paul Bettany en el papel del sacerdote vengador. El final es un poco flojo aunque se comprende porque los productores dejan claro que consideran desde ya la posibilidad de hacer una secuela. Ojalá y de llegar a hacerla busquen a un mejor escritor para tener un guión más fuerte y más conciso.
Otra historia ambientada en un futuro apocalíptico, donde los humanos existen en mega ciudades que son regidas por la iglesia católica, mientras que fuera de ellas moran los vampiros, los que quedan luego de la última guerra entre ellos y los humanos, un conflicto que el hombre pudo ganar creando un cuerpo de guerreros infalibles al que se llamó simplemente sacerdotes. Un pariente del más temible de los sacerdotes es secuestrado por vampiros y aquel va en su búsqueda aunque para ello tenga que enfrentar la desaprobación de la misma iglesia que lo creó y que ahora se niega a creer que los vampiros hayan regresado deseando venganza. Hasta ahí suena interesante en realidad, sin embargo hay puntos débiles en esta historia como los vampiros mismos que aquí son presentados como criaturas que más bien parecen salidas de Resident Evil o las escenas de pelea que tanto recuerdan al estilo impuesto por Matrix a más de esa inveterada obsesión de Hollywood por presentar a la iglesia católica como un ente opresor y oscuro. Los puntos fuertes son las imágenes de desolación de gran detalle que muestran un mundo yermo aunque luminoso, vasto pero muy triste, y la actuación de Paul Bettany en el papel del sacerdote vengador. El final es un poco flojo aunque se comprende porque los productores dejan claro que consideran desde ya la posibilidad de hacer una secuela. Ojalá y de llegar a hacerla busquen a un mejor escritor para tener un guión más fuerte y más conciso.
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