Ecuador-Bolivia: un Penal Providencial

¿Qué puedo decir que no se haya dicho hasta ahora sobre este partido? En lo particular pienso que es una demostración de que el futbol tiene una belleza de la que otros deportes carecen y por la cual héroes se vuelven villanos o viceversa, o por la cual simples momentos se vuelven de complejidad extrema casi gloriosa Comenzaré diciendo que en realidad el primer tiempo  de este encuentro estuvo bastante aburrido. Era claro que Bolivia había venido a defenderse y lo estaba haciendo muy bien además de que a Ecuador le faltaba hacer ataques efectivos. Además el segundo tiempo comenzó con el mismo ritmo de manera que si me hubiesen preguntado como iba a terminar el partido tal y cual estaban las cosas hasta ese momento habría dicho que en empate. Es más, si los bolivianos se hubieran aprovechado de la apatía de los ecuatorianos con un contragolpe bien jugado hacían un gol y Ecuador hubiera perdido el invicto en casa. 

Pero no fue así. Los  ecuatorianos empezaron a llegar cada vez con más frecuencia hasta que de repente el árbitro pitó penal a favor de Ecuador. Fue un penal inexistente, las cámaras no mienten pero el árbitro vio otra cosa. ¿Quiso favorecernos?  No lo creo, simplemente se equivocó. Su arbitraje fue acertado durante la mayor parte del partido y más bien me dio la impresión de que de haber podido hubiera regresado en el tiempo para convencerse a sí mismo de no pitar penal. Como sea fue una equivocación providencial, una de las pocas que nos  han favorecido en estas instancias.

Lo que vino después fue algo casi surrealista. Me encontré pensando: "¿Qué tal si Mina quiere también cobrar este penal?" y pensé también que ridículo y hasta cruel como era tal idea a muchos otros se les había ocurrido lo mismo. De cualquier modo fue Felipe Caicedo  quien lo cobró. No fue un gran tiro pero engañó al arquero y fue cobrado con serenidad. De alguna manera algo que al mismo tiempo me llamó la atención fue el arquero Domínguez y su particular momento religioso durante el penal: con humildad  se arrodilló hacia el lado opuesto y extendió sus brazos como si se encomendara a la divina providencia.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

Bien de ahí en adelante el partido fue otro con un equipo boliviano que decidió por fin dar pelea aunque los ecuatorianos se mostraron ordenados y así Paredes remontaba la cancha por derecha con facilidad extraordinaria, Caicedo siguía atacando y Domínguez defendiendo con una calma a veces absoluta. A Valencia le habían puesto un candado pues no hubo momento en que le llegase la bola y al menos tres bolivianos fueran a marcarlo al mismo tiempo. Incluso así demostró su gran talento creando jugadas para que los otros aprovecharan, incluso dos tiros de esquina fueron resultados de sus maniobras más que inspiradas.

Al hacer un balance final diría que ambos equipos jugaron bien. Los bolivianos lucieron muy disciplinados y se apegaron a los roles que les dio Azkagorta. Nunca realmente bajaron los brazos y encontraron modos y maneras para neutralizar a los ecuatorianos que sin ese penal cobrado por Felipe Caicedo no hubieran podido ganar. Ecuador tuvo ademas suerte de contar con Caicedo (¿qué habría sucedido si Rueda no lo llamaba?)y Valencia a quien los bolivianos parecen temerle demasiado. Si Bolivia juega un poco mejor ganarle en su casa será imposible.

A Ecuador le siguen faltando delanteros que hagan goles. Así de simple. Tal vez faltó Chritian

 Benítez, tal vez no. En lo que nos queda debemos apelar a la estrategia de ganar todos los  partidos en casa más un empate o una victoria fuera. Y quizás pensemos en Venezuela, Bolivia, Perú o incluso Paraguay que no es el equipo de antes,  pero en realidad cualquiera de los otros equipos puede hacernos "ese favor" de dejarse ganar siendo ellos los anfitriones. El tiempo lo dirá. Por lo pronto a pensar en quien se viene, o mejor dicho, a dónde le toca ir a la selección ahora.