El mensaje de Fernando Lugo
El señor Fernando Lugo ya no es presidente de Paraguay una vez que fuera destituido al ser acusado de tener responsabilidad por la muerte de casi quince campesinos durante un desalojo violento de invasores de una hacienda privada. Es cierto que Lugo ordenó el desalojo pero no el modo en que se hizo y sin embargo por ello fue destituido. Lugo a manera de reacción en lugar de aferrarse a su cargo sorprende a todos y personalmente llama a la prensa para informar de su decisión de aceptar la destitución.
El de Lugo es un mensaje poderoso. Por mucho que haya sido el presidente de la república al final saber que una orden suya costó la vida de quince inocentes no es algo que una persona decente, sobre todo alguien que alguna vez fue sacerdote, pueda llevar sobre sí.
Cuando Lugo juró para ser presidente él también juró que buscaría el bienestar y la protección de todos los paraguayos e indirectamente él falló en ese sentido. El que una orden suya halla sido llevada torpemente a cabo por uno de sus subalternos no lo exime de toda responsabilidad. Su decisión debió haber sido más meditada además de haber tenido de antemano una medida de lo que podría pasar.
Otro punto es el hecho de que Lugo ha demostrado que no se considera "imprescindible" para su pueblo pues entiende perfectamente que otros pueden hacer el mismo trabajo que él venía haciendo e incluso probablemente mejor. Los miembros de la UNASUR con precipitación han declarado que no reconocerán al nuevo gobierno pero eso de poco les sirve dado que es el mismo Lugo quien ha decidido dar un paso a un lado y dejar que Paraguay siga sin él.
Nuestro presidente con su lógica indescifrable ha dicho que tampoco reconocerá al nuevo gobierno de Paraguay porque eso "sería irrespetar la voluntad democrática del pueblo paraguayo". Todo esto pasa cuando las personas se creen demasiado importantes al punto de ser irreemplazables y en su obstinación de no reconocer lo evidente ven amenazas por doquier. La verdad es que todo es perecedero y al final aferrarse a ciertas cosas es un esfuerzo fútil. Comprender esto requiere entereza y mucha fuerza de espíritu para reconocer lo que está mal y alejarse de ello cuando todavía hay tiempo. Sino pregúntenle a Lugo.
Comments