Guillermo Lasso quiere ser presidente

Y podría llegar a serlo si juega sus cartas bien. Por ahora pareciera estar sondeando el terreno. Está de acá para allá, llegando de improviso a barrios pobres para ver cómo le reciben. Le conocen poco. Es por ahora sólo un ex-banquero con ambiciones.  Por supuesto desde ya cuenta con un gran apoyo marcado por todos los sectores de derecha que odian a Correa. Es tal vez el rival a temer y probablemente ya los asesores del reyezuelo se lo han hecho ver.
Las elecciones del próximo año van a ser interesantes con candidatos conocidos que no quieren entender lo estúpido de su persistencia y con nuevos que sólo buscan una notoriedad que les durará cinco minutos. Ahí estará Noboa quién sueña con suceder al reyezuelo aún cuando se arriesgue a una derrota más. (¿La cuarta? ¿la quinta? Ya perdí la cuenta). Ahí quiere estar también  el auto-exiliado quien incapaz de creer en la capacidad de su propio hijo aún apuesta por sí mismo como si ya estuviera cansado de jugar en los casinos y de tomarse la confianza de tutear a todo el mundo. Ahí estará, y no podía ser de otra manera, Su Majestadcita quien buscará una reelección por el bien de todos nosotros porque sin él volveremos a la mierda de antes, a merced de los oligarcas y los imperialistas. Y estará tal vez el señor de la foto, soñando con pisar Carondelet, forzando una elocuencia de la que carece y tratando de ocultar su falta de carisma con la imagen del hombre sencillo y humilde que nunca fue. Y sin embargo, como ya lo señalé, si hace las cosas bien ni el reyezuelo podrá con él. Claro que Correa siempre contará con su carisma, los medios estatales y su capacidad de permanecer impertérrito aunque en su cara lo tilden de idiota (como ya ocurrió hace unos años). ¿Podrá Lasso contra esa combinación que ha probado ser imbatible en el pasado?
Sólo, el tiempo y nuestros votos lo dirán.